Blogia
GRUPO JURIDICO VARGAS MS-UBV

LA GUERRA DE TODO EL PUEBLO CONTRA EL ACAPARAMIENTO

La “desaparición” de productos de consumo masivo de los anaqueles de supermercados de las grandes ciudades es la expresión genuina de la guerra económica de la clase explotadora contra un gobierno, que lleva 14 años consecutivos avanzando hacia lo que los revolucionarios de las décadas de los sesenta y setenta del siglo pasado llamamos, la justa distribución de la riqueza petrolera, que se ha materializado durante estos años en la inversión social de los ingresos fiscales que recibe la nación.

Muchos de esos revolucionarios de esa época hoy son partícipes de esta guerra económica, fueron en verdad manejadores de la hipocresía, porque en esos años conocieron del bloqueo a Cuba, empezado en 1960, que fue la primera guerra económica lanzada por los EEUU contra nación alguna de nuestro continente, y luego de esa misma guerra a principios de los setenta lanzada contra Chile por el imperio gringo. En ambos casos, el acaparamiento y el desabastecimiento fueron promovidos desde el exterior a esos países, con el apoyo irrestricto de las clases adineradas y de aquellas no tan adineradas, pero que se creían, igual que en Venezuela, que forman parte del estatus quo del sistema, pero que lo que hacen es “escupir para arriba”, como se dice en el barrio.  En los años 2002-2003 en nuestro país se evidenció esa guerra. Igual está sucediendo en 2013.

Los enemigos del pueblo, sufren porque nos aproximamos a 500.000 de familias con vivienda propia, porque mas de 3.000.000 de venezolanas de la tercera edad tengan una pensión digna, porque haya miles de médicos, entre cubanos y venezolanos, atendiendo la salud pública y un sinfín de etcéteras que ocuparía mas del espacio con el que cuento para exponer mi idea, como la mas reciente entrega de 35 millones de libros para los estudiantes de la primaria, y pasan del “sufrimiento” al odio contra el pueblo, y por eso víctimas del terrorismo mediático compran en forma desmedida los productos que la gran prensa, dice que van a escasear, dando rienda suelta a su “odio” contra la única democracia participativa que ha tenido Venezuela, esa misma que les permite hacer esos desmadres en los automercados.

El problema para las clases explotadoras es que durante toda la IV república, disponían a su antojo del ingreso fiscal y ahora no, aunque mantienen el control, en forma indirecta, debido al aumento del circulante en manos del pueblo por aumentos salariales anuales, pensiones, becas y otros beneficios económicos de la población, y, porque la revolución no ha procedido a nacionalizar a la banca, la cual ha visto engrosar su capital en forma aplastante. Estamos hablando, por ejemplo, que en los primeros 11 años de años de Chávez, el ingreso fiscal fue de 500 mil millones de dólares, y la inversión  social fue de 330 mil millones de esa moneda. Ambas cifras han crecido para el 2013, pero el porcentaje de inversión social es más alto que el de cualquier país “desarrollado” de Europa  y del mundo.

Ahora bien, un signo de esta nueva escaramuza contra nuestro gobierno y contra nuestro pueblo, es la participación de amplias capas de la clase media y de algunos sectores populares en el acaparamiento de productos como papel higiénico, harina precocida, aceite y azúcar. En Cuba, Chile,  Caracas, cuando el Caracazo (1989) y en toda Venezuela en el bieno 2002-2003 la desaparición de productos de consumo masivo fue ejecutado por el empresariado, las cadenas de distribución y el comercio. En esta oportunidad tenemos participando también a los sectores sociales con mayor poder adquisitivo.

Por eso en este contra-ataque contra el acaparamiento, apoyemos todas las acciones que encabeza el gobierno revolucionario, desde aumentar la capacidad de los mercales y pdvales en todo el país, hasta cerrar indefinidamente a los comercios que promueven estas prácticas de consumo salvaje, y corresponde a todo el pueblo, dar respuestas como volver a técnicas tradicionales y mucho mas sanas, como moler cada quien su maíz en casa o hacer arepas de arroz. Todo el pueblo movilizado, todo el pueblo activado para denunciar al comerciante que se suma a esta guerra, y hacer que le cierren el negocio para siempre.

Y como esta guerra tiene  como destino el 8 de diciembre, corresponde a todo el pueblo, cumplir con el legado histórico del comandante eterno, y salir ese día a ponerle la guinda de la derrota a esta nueva escaramuza que están intentando librar la clase media “aderechizada”, la oligarquía que perdió el control del ingreso fiscal, y el imperialismo gringo.

Todos y todas al contra-ataque.

Eric Omaña.

Fuente: snoa-ejur

0 comentarios